Cº de Portuetxe, edificio BEIZA, 53B,
2º piso, puertas 210 y 211
SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA)
Contacto
- DIRECCIÓN
- TELÉFONO
«Para criar a un niño hace falta
la tribu entera»(Proverbio africano)
La prevención primaria y comunitaria la entendemos como una forma de promocionar la salud y el bienestar social de las personas, en un proceso de adquisición y adaptación de recursos y capacidades personales, de conseguir una comunidad competente, trabajando recursos que aporten bienestar social en los problemas prácticos de la vida diaria, teniendo en cuenta los procesos madurativos intrapsíquicos y el contexto social.
Hoy no existen dudas al afirmar que en la salud del ser humano los primeros años de su desarrollo son los más importantes, los cuales transcurren en el seno de una familia compuesta, generalmente, por una madre y un padre.
Lo que hoy en día no están preparadas son las circunstancias sociales para recibir y orientar a la pareja en esta aventura de desarrollar un niño sano.
Para empezar desde la medicina oficial, el único trabajo que se hace de cara a la mujer embarazada es la preparación al parto, impartido por las comadronas, durante dos meses; las revisiones médicas por parte del ginecólogo y la asistencia al parto en el hospital.
La sensibilidad de algunos profesionales de la medicina, de la psicología y de las propias mujeres al intentar no perder contacto con el embarazo y parto, hace romper con la seguridad que les proporciona la medicina oficial y empiezan a adoptar actitudes que conecten más con su deseo y sentimiento emocional y humano, proponiendo medidas alternativas como preparación al parto más integral, incluyendo el aspecto emocional, partos en casa, etc…
Una vez que ya se tiene al hijo, los p/madres tienen la sensación de que se hacen responsables sin que nadie les haya orientado e informado sobre un montón de situaciones, ante las cuales responden como buenamente pueden, pero que a falta de unas nociones básicas, y de apoyo, van perdiendo el grado de potencialidad del niño, y en los padres su seguridad y confianza en la relación y comunicación con el niño.
Todo ello en un estilo de vida como el nuestro, con enormes problemas para conciliar vida familiar y laboral que dificultan, más si cabe, las posibilidades de una crianza satisfactoria.